
Este es el comunicado de Independiente tras el fallo de Conmebol.
El Club Atlético Independiente, asociación civil sin fines de lucro con más de 120 años de historia y más de 170.000 socias y socios, se dirige a usted para manifestar su más enérgico repudio frente a la decisión dictada por la entidad que preside, la cual ignora sus reglamentos vigentes y condena injustamente a nuestra Institución.
El contraste es evidente: mientras Independiente representa la esencia del fútbol sudamericano como institución social y deportiva, sostenida por sus socios y socias, la Universidad de Chile ha mutado hacia un modelo de sociedad anónima, orientado a la rentabilidad y la especulación empresarial. Al fallar en su favor, la CONMEBOL no sólo violenta su propio estatuto y jurisprudencia, sino que confirma un rumbo en el que las utilidades pesan más que la verdad deportiva.
Esta resolución no es un error jurídico de un tribunal: es una decisión política que desnuda la preferencia por aquellas estructuras privadas con las que resulta más sencillo proyectar convenios, negocios y beneficios extradeportivos.
El fútbol de los clubes con formato de asociación civil, sosteniendo durante más de un siglo por el sacrificio y la pasión de millones de hinchas, queda así relegado por un modelo ajeno a los valores sociales que dieron origen a nuestras instituciones.
La decisión de la CONMEBOL sienta un precedente nefasto: un equipo que estaba en ventaja en la serie, pero que enfrentaba a la posibilidad de ser superado dentro del terreno de juego en la cancha, recurre a la violencia más brutal contra sus rivales, logra que las autoridades lo premien con su “victoria” y con ese “premio” la clasificación desde un escritorio. En otras palabras: la CONMEBOL ha dictaminado que es mejor recurrir a un atajo para evitar competir deportivamente hasta el final.
Este camino implica un mensaje insólito con consecuencias inconmensurables: los partidos deben definirse dentro del campo de juego y nunca por la violencia, el miedo y la intimidación. Al convalidar los hechos de violencia, lo que se transmite es que las conductas más repudiables terminan resultando funcionales al logro deportivo. La clasificación obtenida no es sólo ilegítima: es un golpe a los reglamentos, a la jurisprudencia y a la lógica misma del fútbol sudamericano. En suma, es una señal que lastima gravemente la institucionalidad del deporte y la credibilidad de las organizaciones que lo conducen. El mensaje es devastador para los millones de hinchas de Independiente y para los hinchas de todos los clubes a lo largo y a lo ancho de toda Sudamérica: los violentos de siempre pueden salirse con la suya.