
El mediocampista, hoy en las filas del Spartak de Moscú, empezó a sonar en el mercado local como posible refuerzo del Rojo, aunque su ficha de 15 millones de euros y contrato vigente presentan un gran desafío para la operación.
Tras la aparición de los primeros rumores en las redes, el nombre de Ezequiel Barco se coló en la carpeta de refuerzos de Independiente. El ex volante ofensivo, formado en Avellaneda y conductor en el título de la Sudamericana 2017, habría expresado su deseo de volver al fútbol argentino, avivando la ilusión de la hinchada roja.
Sin embargo, la hoja de ruta para repatriarlo luce compleja. En enero pasado, el Spartak de Moscú desembolsó 15 millones de euros a Atlanta United por su pase, y el jugador mantiene vínculo con la entidad rusa hasta junio de 2028. Esa cláusula —además de los elevados emolumentos— complica cualquier negociación de préstamo o cesión.
En los pasillos del Libertadores de América ya se exploran distintas alternativas: desde un préstamo con opción de compra hasta un acuerdo salarial en el que el club europeo se haga cargo de parte de la ficha. Fuentes cercanas al Consejo de Fútbol indicaron que, por ahora, sólo hubo sondeos informales. El próximo mes, cuando se habilite el receso invernal en Rusia, podría intensificarse el contacto para conocer de primera mano la predisposición de todas las partes.
Mientras tanto, Independiente sigue de cerca el mercado local e internacional, con la misión de reforzar el mediocampo creativo sin desbalancear las finanzas. Si bien la llegada de Barco implicaría un golpe de efecto para recuperar ADN propio, la operación sólo prosperará si se encuentran fórmulas de costo accesible para el club de Avellaneda.